La orquesta sinfónica de Boston es una de las orquestas mas diversas y coloridas con respecto a su sonido tan único. El teatro en donde tocamos y la gran variedad del repertorio que tocamos en cada temporada requiere de mucha responsabilidad de parte de cada integrante para poder alcanzar el balance y la mezcla que hacen el sonido de ésta orquesta tan único. El estar rodeado de tantos músicos tan increíbles cada día es sumamente inspirador para mi, no solo por la oportunidad de escuchar el sonido de sus instrumentos de cerca, sino también en la cara de cada músico como corre las responsabilidad individual de mezclar su sonido con los demás. Esto, aparte de ser excitante también produce un cambio en mi manera de practicar y en mi elección de instrumentos, boquillas, entre otros que conforman mi equipo.

Cuando yo estaba tomando audiciones en Europa, tuve la oportunidad de escuchar muchas orquestas Alemanas y Suizas tocar en vivo en su espectaculares teatros y una de las cosas que más me llamó la atención fue el uso particular del sonido de los bronces como parte del color de la orquesta. Parecía entonces que los extractos populares que yo había practicado y tocado de vuelta en casa ahí tenían que ver más con el color que con el volumen dependiendo de cada pieza. Usualmente en Brahms o Schubert, por ejemplo, los colores brillantes de un pasaje fuerte de trombones producían un efecto mucho más transparente que el que estaba acostumbrado a escuchar en los Estados Unidos.

El gran rango de color que escuché en las secciones de bronces de Europa me motivaron a re-evaluar el papel del trombón en la orquesta. Ahora más, especialmente en el teatro de la sinfónica de Boston donde el color y el contexto son más fáciles de alcanzar que en otros cines adaptados y convertidos en teatros con terrible acústica que son casa de muchas orquestas famosas en los Estados Unidos.

Para poder reproducir el sonido concebido por el compositor se necesita cierta amplitud y delicadeza del sonido. Los músicos de hoy en día utilizan varios instrumentos auxiliares para poder modificar su sonido. La trompetas por ejemplo, cambian de instrumentos y sordinas frecuentemente para poder cambiar entre tonalidades y registro e incluso el color de su sonido dependiendo de lo que la obra musical pida. Los tubistas y cornistas también cambian de instrumento (pero en menor escala).
El hecho de que los trombonistas se limiten a un solo instrumento es bastante desafortunado. Últimamente, me he propuesto tocar con varios instrumentos que agranden mi rango de sonidos y colores. Como parte de mi estrategia tengo un trombón alto (TheinKruspe), un trombón de tubería pequeña DeustchePosaune (TheineKruspe), un trombón de tubería pequeña para jazz y música popular (Bach 36) y un trombón de tubería grande para todo lo demás (Edwards T350HB) que utilizo para mi trabajo en la BSO.
De esta manera puedo brillar con ligereza en una orquestación más delicada como las de Mozart, Brahms, Schubert y a la vez tocar con un sonido mas grande y potente en obras más pesadas como aquellas de Mahler, Bartók y Tchaikovsky.